Seguramente que por internet habéis visto diferentes lienzos decorados con ceras de colores o «crayolas» derretidas. Una técnica muy fácil y con gran resultado decorativo. Un DIY que tenía pendiente de realizar desde hace bastante tiempo.
Es un DIY muy sencillo y divertido, con un gran margen para la creatividad y sobre todo para hacerlo con los niños. ¿Quién no tiene por casa algunas ceras? Seguro que a los niños les encantará probarlo, siempre bajo la supervisión de un adulto, por supuesto.
A veces los proyectos surgen de la necesidad del momento, de la improvisación o de lo que tenemos más a mano. Necesitaba varios cuadros para una pared pintada en color turquesa de la nueva estancia que estaba transformando. La renovación de esta estancia, me brindó la oportunidad de realizarlo. Algo sencillo, rápido, sin grandes complicaciones y por supuesto, sin tener que gastar nada. Decidí probar a realizar mis propios cuadros con ceras de colores.
Materiales:
- Lienzo
- Brocha
- Pintura Chalk Paint color blanco
- Ceras de Colores
- Cinta Washi
- Papel o cartulina con el diseño elegido recortado
- Secador
Paso a Paso
1. Comenzaremos pintando el lienzo con la pintura Chalk Paint de color blanco para darle consistencia al lienzo. Si tenéis algún lienzo usado que no os guste se puede reciclar. En mi caso he utilizado dos lienzos que comencé a pintar con óleos hace años y estaban sin terminar.
2. Una vez seca la pintura colocaremos el folio o la cartulina con el dibujo elegido. Os aconsejo que sean motivos muy sencillos pues tenemos que recortarlos a modo de un stencil. Lo fijamos al lienzo con cinta washi, pues de este modo al levantarlo no nos llevaremos la pintura ni nos dejará marcas.
Los motivos elegidos son muy sencillos, una flor de loto en horizontal.
Y la silueta de un buda en vertical.
3. Aplicaremos calor poco a poco con el secador sobre las ceras para que se derritan. A medida que la pintura cae iremos extendiendo con cuidado por el dibujo. En mi caso quería tonalidades azules que coordinasen con la decoración de una estancia (podéis verla aquí) que estaba actualizando por completo. Alternamos los distintos azules para que vayan mezclándose y conseguir diferentes tonalidades.
4. Una vez rellenado el dibujo y si estamos satisfechos con el resultado, dejamos secar un poco la cera y levantamos el papel con cuidado.
Quiero comentar que de los errores también se aprende y nos hace mejorar. ¿No te ha pasado que en un proyecto el resultado no es lo que esperabas? Yo tengo que confesar que en alguna ocasión me he decepcionado al no encontrar el resultado que quería. Pues este proyecto ha sido uno de ellos.
Cuando levanté el papel no me gustó nada lo que vi, de hecho, no os puedo mostrar la foto porque no la hice. Entonces decidí rellenar todo con las ceras y de nuevo, coloqué la plantilla encima. Esta vez, en lugar de rellenar el dibujo con ceras lo pinté con la Chalk Paint blanca. El resultado mejoró bastante, de hecho, ahora tenía mucho más relieve y el contraste con el azul hizo que resaltase mucho más el dibujo.
5. Listo para decorar vuestras paredes, estanterías o el lugar donde exponer vuestra obra personalizada.
Pues te ha quedado genial y lo mejor un cuadro sencillo y resultón.
Me lo apunto, que tengo unos cuantos lienzos en blanco.
Un besazo
Me ha encantado la técnica y el resultado con esos dos tonos azul y blanco. Tengo que probar lo que nos explicas.
Muchos besos!! Helena
Te ha quedado un rincón de meditación ideal, Nieves.
Besos