TABURETE RÚSTICO RECUPERADO

   

 

Desde que recuerdo este tipo de taburetes han estado presentes en mi vida,  durante mi niñez, en casa de mis padres y después, en mi propio hogar. 

La casa de mis padres era la vivienda y negocio de mis abuelos y  precisamente por su negocio tenían varios de distintos tamaños  y modelos. Cuando tuve mi propia casa elegí  uno para utilizarlo en mi cocina.

La verdad es que ya estaban pintados con pintura de colores y si a esto añadimos que en esa época estaba en pleno auge pintar casi todo con pintura plástica pues por pereza y falta de tiempo se quedó así.
 
       

 

Cuando me mudé de casa tuve la oportunidad de tener una cocina bastante grande en comparación con la anterior y como se construyó nueva, tenía clarísimo que sería rústica y con chimenea, para utilizarla como centro de reunión de la familia.
 
Al ser más amplia pude acoplar dos piezas que había restaurado hace tiempo y que eran perfectas para mi cocina rústica, una mesa tocinera y un mueble platero.
 

Cada vez que miraba mi taburete me pedía a gritos que lo devolviese a su estado original y recuperase de nuevo su esencia  para estar a la altura de las otras piezas. Y si sumamos que los taburetes  se han convertido  en un mueble auxiliar muy actual por sus posibilidades en decoración pues no podía demorarlo más.

 
 
El proceso como siempre, eliminar pinturas, lijado, tinte para unificar el color y por último barniz. En este caso yo he optado por un tono medio para unificar con el resto de piezas de mi cocina.

       
 
         
 
 Lo puedo utilizar como soporte para mis plantas.
 
 
Colocado junto a mi mesa tocinera.
 

 

 

 

Y en esos días de otoño lluviosos y frios que mejor que utilizar mi taburete para sentarme al calor de mi chimenea y disfrutar del día contemplando las llamas o asando castañas.

 

 

Muchas gracias por tu visita, comentar y compartir.
 
 

3 comentarios en “TABURETE RÚSTICO RECUPERADO”

  1. Vaya cambio ha dado el taburete!!! a base de lijar mucho para quitar ese tono rojizo y las florecillas. Ya era bonito antes, pero ha valido la pena dejarlo en su tono natural.
    A mí también me gustan las cocinas rústicas, y ese rinconcito de los otros muebles restaurados, es muy acogedor. De la chimenea qué decir, qué gozada sentarse junto a ella. A mi me traslada al campo, la montaña, y la naturaleza.
    Muy bonitas restauraciones, y qué suerte que haya tanta historia tras ellas.
    Besos!!!

  2. Muchas gracias Beatriz, lo rústico me encanta, aunque con un toque clásico. Es que vivo en un pueblo tan pequeño que desde mi cocina y ahora ya en este tiempo con la chimenea encendida pasamos mucho tiempo, además por la ventana aunque no lo creas a veces veo corzos, conejos, es una gozada cuando te gusta mucho el campo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio